QuE BoLeTa


Que en el auditorio León de Greiff haya una taquilla de Tuboleta-Que ahora tengamos que pagar por entrar a un auditorio público-Que la universidad le regaló a Cafam muchos terrenos y concesiones en el campus-Que se está aprobando el nuevo estatuto en la universidad sin democracia y desconociendo a los estudiantes-Que el estatuto es una mini “seguridad democrática uribista”y que baja la calidad académica-Que desde hace rato hay cámaras de vigilancia en la universidad-Que las que son visibles están en diseño gráfico, derecho, la Ché, ingeniería(2), las piedras, el SIA...-Que las cámaras caen facilito con una segueta-Que lo de “Ciudad abierta” es una farsa, porque los vigilantes no dejan entrar a nadie-Que los únicos con permiso de la rectoria para entrar sin examen de admisión son los policias-Que la universidad tiene cupos para policias, reinsertados y tiras disfrazados de estudiantes-Que la vigilancia se ha robado de la universidad tractores, vacas y que además señalan estudiantes-Que su facultad va a tener una registradora como en transmilenio pa leer su carnet y saber cuantas veces entra o sale asi sea a hacer chichi-Que van a quitar el resto de rejas de la universidad-Que asi la policia podrá entrar más facilmente a “cuidarnos”-Que hasta se les olvidó que si quitan las rejas nosotros nos podemos salir más fácil- Que las cafeterias de la nacho tienen precios más altos que los de la Javeriana- Que en la universidad no hay bienestar universitario porque el presupuesto no alcanza.......


Kolektivo SUR

Un País Enfermo y Sin Memoria

Tener salud en Colombia es un mezquino privilegio. Cada vez se hace más evidente la precariedad del sistema de salud en nuestro país, pues son muchos los colombianos que fallecen porque no tienen el acceso a los médicos, las medicinas, los exámenes y los procedimientos que podrían salvarlos y no porque sus enfermedades sean incurables, sino porque contra el principio de que la salud es un derecho de todos y un deber del Estado, se impuso el criterio de que ella es un bien que ha de comprarse en el mercado. De esta forma nos muestran como consumidores individuales de servicios de salud, en el cual se ha vendido la idea de que tengo derecho si pago o de otra manera merezco una limosna de parte del estado si demuestro que no tengo con qué pagar.Ahora vienen con el cuento de la cobertura del régimen subsidiado a través del llamado SISBEN en el cual se evidencia la degradación de lo público, la atención con exclusiones y sin calidad; es imposible no percibir la indiferencia y falta de ética de los médicos asociados a este sistema, a los cuales se les debe convencer que sufrimos de alguna enfermedad, y si tenemos la fortuna de que nos atiendan, anestesian nuestro dolor con tabletas que en ningún momento son tratamiento para las enfermedades. Lo anterior nos muestra una de las formas más crueles de violencia que los poderosos de siempre (léase oligarquía) ejecutan contra la gran mayoría de colombianos que no contamos con los recursos para tener una buena salud integral, imponiéndonos de esta manera una muerte lenta, una vida indigna y llena de dolor y sufrimiento. Solo se debe echar un vistazo a la prensa y mirar la cantidad de gente que se muere a la entrada de los hospitales, la cantidad de niños que están muriendo de desnutrición y de inanición y la cantidad de enfermedades prevenibles que azota al pueblo colombiano.La tragedia del sistema de salud en Colombia se agudiza cuando el narcopresidente Álvaro Uribe, parasenador en 1993, fue ponente de la ley 100, en la cual se dispuso a través de esta norma entregarle la salud, pensiones y riesgos profesionales al capital privado y convertir estos derechos fundamentales en negocios. Con esta ley se definió el desvanecimiento de la red pública hospitalaria, reducida al mínimo para facilitar otros negocios con la salud. Un ejemplo cercano de las consecuencias de esta ley es la liquidación y posterior privatización del seguro social que en 1993 obligó al Instituto a competir con empresas privadas, en condiciones de inferioridad, pues arrancó con pasivos pensiónales y laborales y una desventaja tecnológica que no afectaba a las entidades privadas que vemos cómo hoy se convierten en monopolios y únicos dueños de la salud y de los riesgos profesionales en Colombia. Un ejemplo moribundo de este desastre es el histórico Hospital San Juan De Dios el cual tristemente se ha convertido en el cagadero de la carrera decima.El llamado es a la sensibilización y a la concienciación sobre esta problemática y a recoger una bandera de lucha que al parecer los estudiantes hemos dejado en el baúl de los recuerdos. Recordemos que las peores enfermedades que nos pueden infectar son la desesperanza, la indiferencia y el olvido. Es hora de subvertir la realidad, empecemos ya.


Kolektivo SUR

ReSuMaMoS

En medio de un paro generalizado de las cuatro principales sedes de la Universidad Nacional, y un escenario continuo de movilizaciones, el gobierno de la Universidad, que básicamente es una delegación del gobierno nacional, decidió una vez mas ignorar las exigencias de la comunidad universitaria, y hacerle roscas a las masivas manifestaciones del movimiento estudiantil (En serio, en uno de los tantos plantones hechos enfrente del Uriel, el viejo Moisés –Wasserman- salió por una ventana a hacerle muecas a los manifestantes!!!). Fue cuando la dictadura que se hace llamar CSU (Consejo Superior Universitario) aprobó el estatuto estudiantil en su parte académica y aplazó por seis meses la aprobación del estatuto de convivencia y orden universitario. Transcurrirían entonces dos largos meses de marchas, plantones, carnavales, asambleas, bloqueos, huelgas de hambre y negociaciones con las directivas en las que estos últimos negaron de plano las propuestas del movimiento por ser no institucionales, al mismo tiempo que lo catalogaban de intolerante y violento. Incluso se propuso que mediante una votación directa, los estudiantes decidieran o no la aprobación del estatuto, propuesta que fue rechaza por supuestamente ir en contra de las leyes de la república (comunicado 012 de 2008 de la rectoría) Varias reflexiones al respecto: Cuando una comunidad siente sus derechos vulnerados y no encuentra vías legales o institucionales para defenderlos, recurre a vías de hecho para hacerse escuchar y alcanzar sus reivindicaciones, estas vías de hecho por definición están por fuera de la institucionalidad, lo que no significa que sean violentas o ilegitimas. Los paros, las huelgas, las marchas y hasta los bloqueos de vías son mecanismos ciudadanos y populares para presionar a empresas o instituciones que pretenden desconocer determinados derechos, y a nadie se le ocurre decir que una marcha, que básicamente es el bloqueo de una vía es una acción violenta. Por otro lado, y según la constitución del 91, el pueblo y las comunidades son el constituyente primario, y pueden convocar a referendos o plebiscitos en donde mediante una votación directa decidan sobre su futuro. Es así como las directivas descalifican al movimiento por violento cuando no es tal, y si tuviera que acudir a las piedras y a los palos para defenderse y defender sus derechos, seria totalmente legítimo pues quienes gobiernan se niegan a escuchar las exigencias argumentadas, y solo tienen como argumento la fuerza de la brutalidad policial, que hoy, mas que siempre tiene a la educación pública en la mira del fusil.


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La ReVoLuCióN eS uNa FieStA